Brasil está redefiniendo su papel en el mundo como potencia económica y cultural, en la que probablemente es su mayor oportunidad histórica. En palabras de su presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, “O Brasil vive um momento mágico”.

Un momento en que crecimiento económico y redistribución de la riqueza producen un crecimiento sostenible y una mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos, muchos de los cuales están pasando de la pobreza a la condición de clase media.

Un Brasil que mejora sus infraestructuras y su competitividad, gracias a la tecnología, los recursos naturales, la formación y sobre todo la actitud, creatividad y capacidad de trabajo de los brasileños. Brasil es hoy una de las cuatro grandes potencias emergentes mundiales junto a Rusia, China e India.

Sin embargo todos conocemos la imagen de otro Brasil, el Brasil del fútbol y las mulatas, del café y la samba, el carnaval y las favelas. Aun así, la imagen de Brasil está ligada a referencias positivas siendo una de las marcas con mayor reconocimiento (entendido como identificación, no como prestigio) a nivel mundial.

Los jóvenes brasileños de hoy hablan de los viejos tópicos con claves nuevas: fútbol, felicidad y fantasía.
Brasil es hoy una realidad muy diferente. Proyectos como Estrela do Brasil pueden colaborar a cambiar esas claves de identidad a nivel internacional. Sin duda la cultura, la creatividad y la capacidad para la alegría y la felicidad de los brasileños serán parte de sus claves para el siglo XXI.