Vivimos momentos de cambio importante en todas las facetas de la vida, y esto es particularmente cierto en el caso de la vida universitaria y en el ámbito específico de la geografía.

La sociedad en su conjunto asiste al paso vertiginoso de la sociedad industrial a la sociedad del conocimiento, apoyada en una importancia creciente de la información y la comunicación, estando además éstas residenciadas básicamente en Internet. En la Universidad esto se traduce en la puesta en marcha de un nuevo modelo de enseñanza-aprendizaje: el modelo que acompaña a la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior. Es un modelo que aspira a la consecución de una Universidad europea homogénea, fuerte y competitiva a escala mundial; pero para la consecución de estos objetivos se parte además de la constatación de los cambios antes apuntados, los cuales son especialmente evidentes entre la población joven y universitaria. Esta población, que ya ha sido definida como la “generación de la Red”, que domina con soltura las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, que viaja por el mundo entero y que maneja como escenario profesional futuro, como mínimo, el escenario europeo, requiere nuevas metodologías de enseñanza-aprendizaje. Estas metodologías deberían estar más centradas en el segundo elemento del binomio (el aprendizaje) que en el primero (la enseñanza), y asignar un protagonismo claro a los aspectos más prácticos de las asignaturas y al trabajo personal de los estudiantes.